La Ausencia Que Permanece

Presencias que desafían la lógica. No importa el tiempo, la distancia ni la ausencia física, persisten, resisten en el alma, convocadas sin aviso, con una intensidad que desordena el pensamiento.

Es un misterio, momentos en los que la memoria se vuelve un eco suave, casi imperceptible, y otros en los que se impone con una claridad inquietante.

No es un recuerdo cualquiera, no es una evocación. Es algo más profundo, más primitivo, como si un vínculo se activara sin consentimiento, reclamando su espacio en este aqui y ahora.

No sé por qué, no sé qué lo desata, pero hay algo en el aire, en los gestos involuntarios, en las palabras que elijo sin darme cuenta, que me devuelve su presencia. No en forma de foto, de imagen estática, sino como una esencia que atraviesa.

La ausencia duele, sí, pero al mismo tiempo hay una fuerza, una calidez, un susurro silencioso que acompaña, como si lo mejor de ella se hubiera sedimentado alrededor sin que lo notara.

Una inteligencia sin ostentación, ternura sin ingenidudad, generosidad sin pose, calidez sin dependencia de circunstancias. Atributos que aparecen en mi cabeza.

Y en ese instante, cuando su ausencia pesa más de lo habitual, me descubro intentando descifrar qué pasa. Por qué ahora? Por qué hoy? Por qué tan intenso?

Sera que existen ausencias que no son tales? y que en ciertos momentos, cuando la razón se distrae y el instinto se pone al frente?

O simplmente es la esencia de los que amamos que se filtra, recordándonos que nunca va a desaparecer, que hay algo que siempre va a persisitir.

Algo tan fuerte como una mamá; como mi mamá.