Dias en el que te pienso constante y la manera de expresarlo es escribiéndote, como si pudieras leer. Como siempre, momentos interesados, en donde, por cuestiones fiiscas, carece, no se si la cura, pero si ese acompañamiento, preocupacion y ocupacion incondicional.
Recuerdo aquella charla, pocos dias antes de no volver a verte nunca mas, donde me prometiste que si existiera una posibildad de volver a visitarme, de la manera que sea, de la manera que se pudiera, lo ibas a hacer y la lagrima que se me cae, es, precisamente, por tener en una prueba mas de que jamas sucedera.
Como corrobe la no existencia, o por lo menos, la imposibilidad del cotacto post mortem, tambien logre comprobar que nadie se muere de tristeza, ni de dolor, ni tampoco de extrañar tanto a una persona que desgarra el cuero.
Cuando nos falle la memoria y solo queden las fotos, cuando los años nos pesen y las piernas no caminen, los ojos se nos cierren y la piel ya no se estire. Cuando lo único que pese sea lo que hicimos en vida.
Todo cambia en un minuto, de la risa al llanto, del amor al odio, de la vida a la muerte.
-Bhagwan Shri Rajneesh
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